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¿Qué es la bichectomía? El último capricho beauty de las celebrities

Primero fue la «cara de selfie», más conocida como «cara de pato», que consiste en abrir bien grandes los ojos y sacar un poco de trompa (acción que sirve al mismo tiempo para marcar los pómulos) al momento de tomarse una fotografía. Después llegaron los filtros de Snapchat que reproducían básicamente el mismo efecto sin necesidad de realizar con el rostro mueca alguna.

Y ahora parece ser el turno de la bichectomía: una extraña cirugía que busca afinar los cachetes y, en consecuencia, destacar pómulos y boca, logrando un efecto duck face en la vida real, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Es furor entre las celebrities que, perseguidas por los paparazzi, se sienten obligadas a posar para las cámaras todo el tiempo.

Sí, así como lo leen, las perfectas y angulosas mejillas de Bella Hadid, Lara Stone, Kim Kardashian e incluso Angelina Jolie parece que poco tienen de genética y mucho de quirófano. «La intervención es ambulatoria y se realiza con anestesia local. El objetivo es extraer las bolas de Bichat, que son adiposidades ubicadas en las mejillas y al costado de los labios. Su tamaño varía con la genética y no necesariamente tiene que ver con el peso corporal», explica la doctora Griselda Seleme, cirujana plástica, miembro de la SACPER y directora de Seleme Medical Beauty.

Los especialistas aseguran que es una de las intervenciones más requeridas y de las más difíciles de detectar «porque la sensación es de adelgazamiento», indica Diego Schavelzon, cirujano plástico y director de Centros B&S.

ARMONÍA FACIAL. El estudio de la belleza ha sido una constante en todas las civilizaciones desde la antigüedad, proponiendo cánones y proporciones ideales. Las cirugías faciales para alcanzar dichos cánones también datan de aquella época. Si bien hoy en día es una de las intervenciones más solicitadas, la bichectomía fue creada en la década de 1950 y, según explican los Dres. Diego Schavelzon y Guillermo Blugerman de Centros B&S, es ideal para dar solución al «problema de las caras gordas».

«Este síndrome provoca en quien lo sufre depresión, tristeza, sensación de envejecimiento, pérdida de la seguridad, disminución de la autoestima por los cambios que se producen en la forma de la cara. Da un aspecto de sobrepeso pues provoca el borramiento de las estructuras óseas que dan brillos y sombras al rostro (pómulos, mentón, rebordes mandibulares) lo que confiere a las facciones una imagen muy luminosa y aplanada».

En la infancia casi todos tenemos la cara redonda dado que el macizo facial aún no se ha desarrollado verticalmente. Pero la situación cambia cuando el cuerpo se desarrolla y la cara conserva este aspecto: «Una cara regordeta y redonda hace a primera vista presumir adiposidades acumuladas en otras zonas corporales, y no siempre esta presunción tiene justificación. Por el contrario, en la mayoría de los casos no hay coincidencia con este prejuicio apresurado de la mente humana», aseguran los especialistas e indican que las causas del mismo pueden ser hereditarias, hormonales, por aumento de peso, envejecimiento e hipertrofia muscular.

«Lo que se busca mediante esta cirugía es que haya concordancia entre el contorno corporal y el facial, porque a veces este exceso de adiposidad hace que una persona delgada se perciba con sobrepeso, aunque no lo tenga. Lo que se busca es un rostro más afilado, más definido, que se forme ese ‘huequito’ que aparece entre el malar (el hueso que forma el pómulo) y el maxilar inferior, dando una apariencia facial más delgada», agrega el Dr. Néstor Vincent, médico cirujano, fundador y director de la clínica Ciencia Estética Quirúrgica.

CIRUGÍA EN UNA HORA. La bichectomía consiste en una pequeña cirugía que no deja cicatriz visible porque el abordaje es realizado por adentro de la boca. Se realiza con anestesia local de tipo infiltrativa (similar a la odontológica). La intervención dura una hora aproximadamente. Está indicada para adultos, a partir de los 18 años, que no han logrado disminuir la redondez del rostro de otra manera. Se sutura con un hilo que se reabsorbe solo en los primeros días del postoperatorio. Requiere atenciones durante el postoperatorio que permitan la correcta cicatrización de la herida, un extremo cuidado de la higiene bucal los días posteriores para evitar infecciones; se recomienda dieta blanda y dormir en posición semisentada. No requiere internación y permite al paciente volver a su actividad normal a las 24 horas. Los resultados se observan a partir de las dos o tres semanas ya que al principio se produce una inflamación en la zona a causa del procedimiento. Costos: desde $ 20.000, más gastos de quirófano.

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