La muerte es un evento que nos llena de preguntas. Si existe el más allá, si vemos la luz al final del túnel, o si pasa toda nuestra vida frente a nuestros ojos. Finalmente uno de tantos interrogantes ha sido resuelto.
Un equipo de neurólogos del prestigioso hospital alemán Charité-Universitätsmedizin Berlin monitorizó las señales eléctricas en los cerebros de nueve personas mientras morían, esperando conocer los mecanismos y el momento exacto de la muerte. En esta investigación observaron que en todos los casos existió una fuerte actividad eléctrica llamada «depresión extendida».
Cuando la sangre deja de fluir a las células y, por lo tanto, de llevar oxígeno, el cerebro recurre a las reservas de energía unos minutos antes de que sus células se apaguen por completo. Esto libera una cantidad masiva de energía electroquímica, un proceso que los científicos llamaron propagación de la depresión: la súper hiperactividad en las neuronas antes del silencio final.
Pero los expertos descubrieron además que este evento puede revertirse temporalmente. Si bien esta investigación no tiene un efecto directo al día de hoy, puede llevar a realizar mejores tratamientos en casos de paro cardíaco y accidentes cerebrovasculares.