Se disfrazaron de hombres para poder entrar a la cancha a ver a su equipo
En abril de este año, la imagen de cinco mujeres iraníes caracterizadas como hombres, con pelucas y barbas falsas, en la tribuna del estadio Azadi de Teherán, recorrió el mundo. Es que el 27 de abril, Persépolis FC se consagraba campeón de la Irán Pro League, la máxima categoría del fútbol persa, y ellas no querían perderse ese momento. Aunque sabían que la maniobra era muy arriesgada; unas semanas atrás, 35 mujeres fueron arrestadas cuando quisieron ingresar a una cancha.
Desde el triunfo de la Revolución Islámica de 1979 rige en el país una ley que prohíbe a las mujeres el acceso a los estadios de fútbol cuando se enfrentan equipos masculinos y tanto el expresidente iraní Mahmud Ahmadineyad como el actual, Hasan Rouhaní, incumplieron su promesa de designar zonas específicas en los estadios para que las mujeres pudieran asistir a los partidos. Al menos, por ahora.
Por eso, ellas se disfrazaron y violaron la seguridad del estadio y la prohibición vigente; una vez dentro, grabaron videos y se tomaron fotografías que luego, ellas mismas iban a subir a redes sociales. Esas imágenes se viralizaron a tal punto que incluso algunos jugadores apoyaron el pedido de una gran parte de la ciudadanía que quiere tener igualdad de condiciones, al menos en el acceso a los espectáculos deportivos.
En diciembre de 2017 un terremoto de 5,2 grados en la escala de Richter sacudió Teherán, la capital iraní; una mujer embarazada murió y cientos de personas resultaron heridas. “¿Por qué morir en un terremoto y no realizar tus sueños? ¿Por qué no vas al estadio?” Así que decidí ir”, aseguró Zahr Khoshnavaz, quien se cortó el pelo, se vistió con ropa holgada con aspecto varonil, se colocó una barba falsa y una bandera del equipo en sus hombros y se animó a ir a la cancha a ver el último partido del campeón Persépolis. Y lo logró.
“Lo único que me preocupaba era cómo comprar un billete; era muy difícil pedir una entrada, pero cuando pasé por el túnel y vi el terreno de juego, rompí a llorar”, se sinceró la mujer iraní que por primera vez, podía asistir a ver a su equipo. En Irán las mujeres pueden concurrir a los partidos femeninos pero no a los masculinos, porque las autoridades hace décadas que aseguran que es un ámbito inapropiado para ellas, una atmósfera vulgar, donde los hombres dicen improperios y tienen conductas inmorales.
Las fotos de Khoshnavaz disfrazada de varón, junto a otras cuatro mujeres dieron vuelta al mundo; el club Persépolis FC apoyó su iniciativa y hasta la llaman para invitarla antes de cada partido; los hombres asisten a las canchas con banderas con mensajes de apoyo a esta movida femenina que ganó su primera batalla durante Rusia 2018, aunque todavía está lejos de conseguir un verdadero triunfo: después de 39 años las mujeres iraníes pudieron asistir al estadio a ver un partido de fútbol masculino junto a los hombres.
En medio de la presión social que están ejerciendo hombres y sobre todo mujeres, que luchan por la igualdad de género en uno de los países donde aún persisten diferencias extremas, el régimen moderado de Hasan Rohani permitió el miércoles 20 de junio, que la parcialidad femenina ingrese al estadio Azadi de Teherán y comparta la tribuna con los varones que asistieron a ver el encuentro mundialista del seleccionado de Irán frente a España, por la fase de grupos, a través de pantallas gigantes. Si bien no se sabe si se mantendrá esta disposición para el próximo partido del equipo persa en la Copa del Mundo, este episodio ya es un hecho histórico.
El capitán de la Selección Española de fútbol, Sergio Ramos, hizo referencia en su cuenta de Twitter a este triunfo: “Ellos son los que ganaron esta noche, Esperemos que sea el primero de muchos”, aseguró el futbolista en esta red social, citando una publicación de un medio periodístico con la noticia.
They are the ones who won tonight. Hopefully the first of many. https://t.co/ftnMwegZjz
— Sergio Ramos (@SergioRamos) 20 de junio de 2018
Mientras tanto, en Rusia donde no rige ese veto, miles de iraníes que viajaron a alentar a su selección aprovechan las cámaras de televisión para hacer visible al resto del mundo su reclamando de ponerle fin a la anacrónica prohibición y un reducido grupo femenino pudo debutar en un partido de fútbol en los estadios de San Petersburgo y de Kazán, donde jugó su equipo nacional.
“Ignorar los deseos de una gran parte de la sociedad sólo porque podría haber algunos problemas futuros y decir que la infraestructura no está preparada, es muy cruel y una injusticia”, dijo Zahr Khoshnavaz.
Arabia Saudita habilitó el ingreso de mujeres a los estadios desde enero de este año, aunque sólo pueden hacerlo acompañadas por un familiar varón y a la zona asignada a las familias. Pero, aunque aún sigue siendo injusto, es un gran avance para esas mujeres que de a poco logran empoderarse. Las ciudadanas iraníes buscan lo mismo, en un país que no les permite entrar a la cancha y que a pesar de la desigualdad consagrada en las leyes, más de dos millones y medio de hogares están a cargo de mujeres.