Se vienen las fiestas, y los adornos navideños son los primeros en llegar a tu casa cada 8 de diciembre cuando armás el arbolito. Por lo tanto, está bueno tener esta información para cuando decidas decorar el ambiente con los adornos festivos.
Te contamos el significado, el origen y la asociación de cada color:
Verde navideño
Estos son los principales colores que se nos vienen a la mente cada vez que hablamos de la navidad.
El color verde es el color de la relación con la Naturaleza. Lo vemos en el pino y en los adornos, entre tantos otros elementos navideños. Nos recuerda al roble, a la abundancia del muérdago, a la renovación de la vida vegetal y, con ello, a la de todas las formas de vida. Es un color de calma y de introspección. Es la serenidad del bosque, sensación que asociamos a la profundidad de esta fecha especial. Este color simboliza también la economía y la calma.
Originalmente, hasta antes de la explosión comunicativa y comercial de la Navidad, Papá Noel vestía ropa de color verde y blanco. En algunos países nórdicos europeos se mantiene esta costumbre de representar al principal personaje de la Navidad en este color, mientras que en occidente se usa el color rojo.
El rojo en Navidad
El color rojo es el más representativo de la Navidad. En el año 1930, un conocido dibujante plasmó este tono en las ropas de Santa Claus (para una conocida marca de gaseosas), popularizándose en todo el mundo, en un impulso comercial tendiente a la algarabía, a las compras y a la hiperactividad.
Pero el rojo es mucho más que eso: es el representante de la humanidad en esta fiesta de orígenes religiosos. Es sangre, es pasión, es amor y también es carne. El rojo, en algunas ramas religiosas, también es el color utilizado para rendir culto a lo divino.
El plateado y el blanco
Los tonos blancos y plateados recuerdan al invierno de la Navidad y a la pureza de la fecha, que trae esperanza hacia el futuro. Simbolizan la inocencia, la magia, la creencia casi infantil de estas fechas, y nos recuerdan la importancia de la transparencia en nuestros pensamientos en la relación con los demás.
Colores brillantes
Estos colores en realidad reflejan las luces del mundo, la sabiduría ganada, un futuro “iluminado” y prometedor. El plateado brillante, y todos los tonos metalizados y con brillos, son los colores de la luna, de los ciclos y de los cambios, por lo que armoniza y ayuda a eliminar malos recuerdos del pasado (por eso es el más elegido en la celebración de Año Nuevo).
Dorados
Por último, el dorado, es más exuberante y delicado. Es cálido, nos recuerda la abundancia y la prosperidad, deseos asociados a las fiestas. Es muy prometedor en cuanto a las esperanzas del futuro y, lejos de la opulencia, en esta decoración transmite buenas vibraciones y energías de amistad.
Finalmente, un dato dato curioso: Spike Bucklow, de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, menciona que de los tres colores típicos de la Navidad, solo la importancia del verde tiene un origen precristiano. El rojo y el oro, por su parte, cobraron relevancia solo después del nacimiento de Jesús.
¿Vos, qué color vas a elegir para decorar tu casa en estas fiestas?